México es un país gordo en el mapa de la desigualdad. No desaparecería del atlas si hablamos de pobreza, pero tampoco si lo hiciéramos de riqueza. Siempre está presente, en un lugar privilegiado para la comparación al tener como vecino a Estados Unidos.
Si dibujáramos un mapa a partir de los índices económicos de cada país, ¿Cómo se vería el mundo?
China, Estados Unidos, Japón, la India y la Unión Europea serían los países que más espacio ocuparían en el globo terráqueo en proporción a su Producto Interno Bruto; África, Medio Oriente y todo el Centro y Sudamérica se verían flacos, incluso habiendo países que tendrían que ser borrados del mapa de riqueza del 2015
El sitio http://www.worldmapper.org/ permite ver esta representación gráfica del mundo a partir de los índices macroeconómicos; allí también se encuentra una recopilación estadística mundial donde la presencia de México permanece como un país en vías del desarrollo, y en la que los contrastes están presentes.
De acuerdo a las representaciones estadísticas que se muestran en cada uno de los mapas, dejan de manifiesto que uno de los problemas más grande de nuestro es país es la dependencia de otros para su subsistencia.
Las exportaciones mexicanas, salvo de verduras, son pocas, aún cuando en su tierra existe una vasta extensión territorial para su aprovechamiento. En contraste, las importaciones van desde los productos alimenticios de primera necesidad (maíz, frijol, cereales) hasta aquellos productos con valor agregado, según se representa en las imágenes del worldmapper.org.
¿En qué situaciones México sería el país más grande del mundo?
La caída en términos de comercio desde 1980.
Finanzas y seguros para la importación (que nos da una muestra clara de asegurar nuestra dependencia del exterior).
Emigración neta.
Emigrantes internacionales.
Exportaciones de verduras.
Importaciones de productos naturales.
Importaciones de productos químicos.
Exportaciones de alcohol y cigarros.
Contrario a esto, los mapas en los cuales México no es protagonista se vinculan en temas como educación, infraestructura y exportación.
Si se quiere revertir esta situación, es necesario reducir la dependencia como consumidores de productos del extrajero. Propiciar un cambio en los hábitos personales de consumo. Privilegiar el consumo interno e incitar la inversión para el aprovechamiento de los recursos naturales y humanos con los que contamos.
Evitar comprar a otros países, venderles. Sembrar para cosechar, imaginar para crear. Creer en nuestro país, en nuestra tierra, en nuestra fuerza, pero sobre todo, en nosotros mismos.
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