sábado, 28 de enero de 2012

El café de la nostalgia

Por Carlos Alberto Pérez Aguilar



La Nostalgia tiene cara, es bonita. Tiene cuerpo, no muy atlético.




La Nostalgia tiene sentimientos puros, e ilusiones que se rompen cuando mira a su alrededor. ¡Baila salsa!, ¡banda! y canta con el corazón cuando las canciones inician con saxofón.




La Nostalgia ha viajado de un lugar a otro y se inspira cada día cuando ve que las cosas cambian y se desespera al ver que cada día están peor;lucha por ser la mejor.




¡La conocí!, la Nostalgia es buena amiga cuando la Alegría, que sonríe de todo, tarda enllegar.




La Nostalgia se viste con ropa holgada, en veces autóctona, disfruta del olor de la manta, cree en la naturaleza, en la justicia y lucha incansablemente por el bien común; anhela un futuro mejor, se desespera al ver que las cosas no le salen bien.




La Nostalgia no es muy paciente pero se calma con el olor del café. Habla como pocas personas, es inteligente, impredecible, solitaria y vagabunda. No le teme a nada, sólo a veces discute en que le teme a la soledad, yo creo que la disfruta.




Está un tiempo aquí, otro tiempo allá pero su habitación la arreglará siempre igual, pienso que eso le hará recordar de dónde es y pensará en las personas de las que se siente orgullosa.




La Nostalgia me enseñó que las paredes merecen ser rayadas por los amigos, así como lo hacen los hijos. La Nostalgia también duerme por las noches, no ronca, se cobija cuando hace frío, sino, prende el ventilador. En esos momentos cuando duerme el subconsciente llama a sus amigos: alegría, tristeza, felicidad, deseo, vanidad, ira… egoísmo, piensa poco en ella cuandoduerme, entiende que los sueños son sólo es eso, sueños, nada más, y aunque mucho importa queaparezcan insiste que nadie la hará cambiar.



En la mañana siguiente la nostalgia se levanta, prepara el café de lamañanas, come algunas galletas y después se va de su hogar. Conduce su vehículo que disfraza su realidad, sonríe, bromea, carcajea tambiéncamuflando su sentir.




La Nostalgia siempre extraña alguien y pide la compañía de ese ser al que tanto ama, pero sabe que no estaráahí, continúa sonriendo, sabe que no tiene sentido demostrar que esvulnerable, al contrario, muestra fuerza y no le importa si tiene que estarsola para alcanzar lo que anhela.




Ella vive minuto a minuto pensando que se va el tiempo y que no conseguirá su sueño, sedesespera y pregunta a la alegría hasta cuándo las cosas cambiarán. La Nostalgia se empeña en viajar y escapar de la realidad, pide vacaciones y tiempo para recapacitar… le hará bien disfrutarde un café colombiano...


(obtenido de El Comentario; Septiembre 2007)

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Un par de ojos para el 12 de diciembre

En el cielo una hermosa mañana,
En el cielo una hermosa mañana,
La guadalupana,
La guadalupana,
La guadalupana
Bajo al Tepeyac
...


Es la canción que cantaban los fieles a la Virgen de Guadalupe, a la morenita del Tepeyac, a la madre de los mexicanos en ese su día, 12 de diciembre.

Por la calle Madero de Colima caminaron, acompañados del sonido de una banda. Danzantes daban giros de un lugar a otro cargando tremendos penachos con plumas de pavorreales, rinden tributo al intercambio cultural de Quetzalcóatl por el catolicismo y la adoración por la Virgen morena.


Los hombres peregrinos vestidos de manta. Las mujeres con vestidos artesanales blancos y bordados con la imagen de la Guadalupana en hilos rojos.

Entre el tumulto de gente apenas se camina, por en medio de los puestos que venden de todo. Desde antojitos mexicanos, pinole, churritos, tamales y atole; las banderas de México, verde, blanco y rojo ondean con el viento y los niños, los pequeños y pequeñas son subidos a caballitos de plástico para tener una foto del recuerdo que habrán de colocar en algún rincón de su hogar.

Familias, generaciones enteras vestidas de la misma manera. Muchos se parecen. La gran mayoría hombres y mujeres de piel morena, personas humildes y que comparten el mismo sentido, que es la fe. Gente que vive, que siente y dicen en abiertamente y en cada oración que tienen algo que agradecer a la virgencita pese a las adversidades de todo el año; en la catedral siempre hay alguien quien deba un favor.

Un milagro, un milagro para unos es ganarse un premio de mil pesos cuando se vive en un lugar inhóspito, para otros ganarse el amor de una persona que no los ama, un coche, una calificación, la unión de la familia. Hay tantos milagros que la Virgen ha concedido, pero para la señora

Eufasia no hay milagro mejor que el que la Guadalupana a ella le concedió. Le concedió la dicha de volver a ver y poder contar lo que vio el pasado 12 de diciembre del año 2006.

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